En el complejo tablero de la sostenibilidad, la procrastinación climática ha sido la norma, pero un estudio revela un cambio notorio. Según un estudio reciente, en dos años, el consumo responsable ha pasado de un modesto 1% a un sorprendente 8%, desafiando las expectativas generales y brindando una señal de esperanza.
Falta de acción
La procrastinación climática es evidente tanto en el ámbito corporativo como entre la ciudadanía. Aunque tres de cada cuatro expertos no ven la sostenibilidad como un costo, solo el 17% la prioriza sobre la rentabilidad a corto plazo. Los ciudadanos también muestran una falta de acción, con solo un 8% ejerciendo un consumo verdaderamente responsable, a pesar de la sensibilización del 84% hacia sus decisiones de compra.
Objetivos de Desarrollo Sostenible
La polarización en el ámbito corporativo ha llevado a una caída significativa en la adhesión a la Agenda 2030, con un 18% de las empresas abandonando los Objetivos de Desarrollo Sostenible como eje de su comunicación estratégica en sostenibilidad.
Los hábitos de consumo reflejan el deseo de limitar y cambiar los hábitos de consumo en ocho de cada diez ciudadanos. El 45% reconoce que sus exigencias están frenando la transformación de las compañías hacia la sostenibilidad.
Resultados ofrecen esperanza
Superar la infoxicación y la desinformación es un desafío, pero los resultados del estudio ofrecen esperanza al proporcionar claves para reconstruir un vínculo basado en valores. Esto permitiría avanzar hacia un nuevo modelo de consumo alineado con los desafíos sociales y medioambientales actuales.
Mayor conciencia hacia la sostenibilidad
La sensibilización ciudadana ha aumentado con el 46% de consumidores consecuentes en 2024, comparado con el 26% en 2022, reflejando una mayor conciencia hacia la sostenibilidad. Además, el 84% admira a quienes practican un consumo consciente.
Consumidores consecuentes
La investigación también identifica tres perfiles de ciudadanos: los consecuentes, los conscientes y los reticentes. Notablemente, los consumidores consecuentes han experimentado un crecimiento significativo, llegando al 46%.
Comunicación clara y transparente de las marcas
La predisposición para vincularse con marcas revela que los optimistas (11%) son los más predispuestos. Aunque hay una mayoría con dilemas (63%) y un grupo de descreídos (26%), los optimistas son mayoritariamente consecuentes en sus decisiones de compra. La ciudadanía exige una comunicación más clara y transparente de las marcas, con ocho de cada diez deseando más información sobre su desempeño.
Tendencia creciente
La denostación hacia la Agenda 2030 es evidente, con un 18% de expertos abandonando los ODS en su comunicación. Sin embargo, premiar a las marcas éticas y sostenibles es una tendencia creciente, destacando la gestión ética de datos (20%), el cuidado de los trabajadores (19%) y la gestión ambiental (16%).
Acelerar la transformación
Finalmente, la credibilidad de las marcas es crucial, con el desempeño (86%), la valentía (85%), la comunicación directa (83%) y la transparencia (81%) como aspectos más valorados. La sostenibilidad progresiva destaca en las conclusiones, abogando por incentivar el cambio en lugar de castigar, comprometiendo a aquellos que pueden acelerar la transformación.