Las emociones juegan un papel importante en la toma de decisiones y saberlas detectar y medir se vuelve fundamental. La comunicación política negativa activa las emociones. Lograr un incremento en el interés por la campaña electoral en curso obliga al competidor a ocupar más tiempo y a distraer recursos para defenderse o contraatacar. Las guerras de mercadotecnia política no se pelean en la casillas o distritos electorales, se pelean en la mente del consumidor.
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Contextos / 26 enero / 2015
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